miércoles, 11 de mayo de 2011

Primera Entrega: Explotación de la red telefónica en España.

Para poder entender como es la red telefonica en la actualidad hemos de dar un repaso a sus orígenes y a su evolución a lo largo de la Historia. Fue un proceso lleno de dificultades caracterizado por la cambiante política gubernamental respecto al sistema, público o privado. Espero que os sea de interés.

Estos dias desarrollaré más aspectos del Ppt de la parte de Telefonía que tenéis al principio del blog en el que aparecen recalcados los temas para la exposición oral , así los podréis leer a diario desarrollados los que estéis interesados, aquí va la primera entrega


             Podemos establecer tres fases claramente diferenciadas:


                               La primera se prolongó desde 1882 a 1909:

En ella, los vaivenes  legislativos, la competencia del telégrafo, la escasa capitalización de los concesionarios y la debilidad de la demanda influyeron decisivamente en el ralentizado transcurrir del teléfono.
La primera reglamentación del servicio telefónico se debe al decreto del 16 de agosto de 1882 por el que se concede a particulares o compañías el establecimiento y explotación de redes telefónicas con destino al servicio público. Los sucesivos decretos y reglamentos acrecentaron el caos telefónico en España caracterizados por la contradictoriedad de las condiciones para la regulación del servicio telefónico.
Líneas aisladas unas de otras, materiales no homogeneizados, tarifas diferentes, diversidad de tipos de canon, explotación a cargo de empresas privadas (sometidas a diferente legislación), todo ello sin contar con las amplísimas zonas sin servicio componían el mosaico telefónico de la España de finales de siglo XX.

Características técnicas del período:

Las redes se dividían  en urbanas e interurbanas. Las urbanas no podían sobrepasar los diez kilómetros.
El nuevo servicio era considerado como una renta para el Estado, que se reservaba el 5 por ciento de la recaudación total. El gobierno se reservaba el derecho de regulación de las tarifas y tasas, y la concesión quedaba circunscrita a un plazo máximo de 20 años, como contrapartida se establecían exenciones fiscales a los concesionarios.

                                      La segunda etapa, desde 1909 a 1924:

Contempló un desarrollo más sostenido de la red telefónica. Aunque persistían los problemas anteriores, la consolidación de la Compañía Peninsular impuso un mayor nivel de racionalización al mercado telefónico, con una política de captación de concesiones, de absorción de empresas de limitado futuro y, sobre todo, con la construcción y explotación de la red interurbana, capaz de articular todo el conjunto. 

A principios de siglo se otorgan varias concesiones de redes telefónicas a compañías privadas y ayuntamientos.En 1915 las concesiones eran 89, de las que 27 correspondían a la Compañía Peninsular, que constituía con diferencia la compañía telefónica privada más importante del país. Ese mismo año se hizo cargo de la explotación de las tres grandes zonas en las que finalmente había quedado dividida la Península: Nordeste, Sur y Noroeste. En 1920 ya controlaba el 58,39 por ciento del total de abonados de la península.



Características técnicas del período:

Retraso del desarrollo de las redes urbanas  basadas en el tendido de las líneas telefónicas particulares, lo que significaba un incremento considerable de los costes respecto del tendido telegráfico. 
Las empresas concesionarias se encontraban fragmentadas y con escasa capitalización. Incertidumbre de la renovación de las concesiones por el Estado y los reducidos plazos de las mismas. 
El servicio telefónico en España en 1924 presentaba el siguiente cuadro:

·       80.000 teléfonos manuales;
·       0,36 teléfonos por cada 100 habitantes;
·       40.000 kilómetros de circuitos interurbanos;
·       627 localidades enlazadas por teléfono,
·       y 8.000 empleados.

Antesala:
 La necesidad de unificar  los servicios telefónicos era obvia. Se presenta la Ley de la Telefonía Nacional y se funda el Instituto Nacional de la Telefonía, encargado de la gestión y desarrollo de la red telefónica nacional.
 El problema no se solucionó, el Estado era asimismo incapaz de financiar la construcción y expansión de la red telefónica nacional.


     La tercera fase corresponde al monopolio de la CTNE y su vinculación a la ITT. 

La solución vino de la mano de la constitución de la Compañía Telefónica Nacional de España en 1924 que, con el contrato suscrito con el Estado y la penetración del capital extranjero de origen norteamericano, a través de la International Telephone and Telegraph Corporation (ITT), pudo resolver las dificultades que atravesaba el servicio telefónico español desde su nacimiento en 1882.

La CTNE estaba exenta de todo tipo de contribuciones o impuestos directos. Disfrutaba de un amplísimo derecho de expropiación de terrenos y propiedades basado en el principio de la utilidad pública. El Estado participaba de los ingresos de la Compañía, a través del derecho a percibir anualmente un canon del 10 por ciento de los beneficios netos de la Compañía.

La CTNE se hizo cargo, mediante el pago de las correspondientes indemnizaciones, de la mayoría de las concesiones de las redes peninsulares. Al igual que las demás la Compañía Peninsular  no pudo oponerse a su absorción por la CTNE. En 1931 se constituye el  Ministerio de Comunicaciones, con dos Direcciones Generales diferentes: la de Correos y la de Telégrafos y Teléfonos. 

La Red Telefónica se declara de utilidad nacional  pero el desarrollo del servicio telefónico español estaba tan íntimamente asociado a la CTNE y, a través de ella, a la ITT que  la nacionalización  resultaba inviable dada la dependencia de la industria telefónica española al capital extranjero. El control del Estado aunque en menor  medida siguió siendo palpable.

Independientemente del juicio político que merezca el contrato de 1924 el monopolio de la CTNE fue la base para la racionalización del servicio telefónico español,  sentando las bases para su definitivo despegue.
Los años siguientes a la implantación de la CTNE significaron un avance espectacular en el número de teléfonos instalados, en la incorporación de nuevas tecnologías.

El teléfono había dejado de ser un objeto de lujo, para convertirse en un medio de comunicación básico.

Para cualquier duda no dudéis en consultarme, el próximo día hablaré del despegue telefónico de los años  '60 , la liberación de las telecomunicaciones y muchas cosas más, Un Saludo.

Fdo:  Eugenio


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